Por Pamela Aboytes
Un grupo de científicos de la Universidad de Stanford descubrió que se puede estimular el crecimiento de nuevas células en el cerebro de ratones viejos con la sangre de ratones jóvenes.
Este estudio, presentado en la Sociedad para la Neurociencia en Nueva Orleans, logró revertir algunos de los efectos de la edad, aquellos que se encuentran relacionados con el deterioro cognitivo en ratones viejos, a los cuales se les dio una transfusión de sangre de ratones jóvenes.
Saúl Sevilla, principal autor del estudio, explicó que previamente a la realización del estudio, se sabía que la sangre tiene un enorme efecto sobre las células cerebrales pero se desconocía si ese efecto se extendía hacia la regeneración celular.
Una vez que la sangre del ratón joven se había mezclado con la del ratón viejo con éxito se analizaron los cerebros de ambos. Cabe destacar que, se utilizó plasma sanguíneo para evitar efectos que pudieran provocar células de la sangre.
El hipocampo de los ratones viejos con sangre de los jóvenes, mostró cambios en la expresión de 200 a 300 genes, en especial los involucrados en el aprendizaje y la memoria. También mostraron notables cambios algunas proteínas implicadas en el crecimiento del nervio.
La transfusión de sangre del ratón joven aumentó el número y fuerza de las conexiones neuronales en áreas del cerebro donde las nuevas células ya no crecen.
Los ratones fueron sometidos a una prueba en la que debían localizar una plataforma de agua escondida. Aquellos con plasma joven recordaron rápidamente dónde se localizaba la plataforma, mientras que los otros se quedaron atrás.
A pesar de los hallazgos, los científicos no saben qué es lo que hace que la sangre joven actúe de tal forma sobre un ratón de edad avanzada. Por el momento se está tratando de identificar posibles lípidos u hormonas que sean las responsables de dicho proceso.
Se espera que en un futuro este tipo de conocimientos puedan verse reflejados en la salud humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario